sábado, 27 de noviembre de 2010

La Gripe o influenza de las Estrellas

     La enfermedad causada por el virus de la gripe o "influenza", debe su nombre a una epidemia del siglo XV atribuida a la "influencia de las estrellas" en Italia. La primera pandemia o epidemia mundial de influenza que claramente está descrita fue en 1580. Al menos cuatro pandemias de influenza ocurrieron en el siglo XIX, y tres han ocurrido en el siglo XX. La pandemia de la llamada gripe española ("Spanish flu") en 1918-1919 causó un número estimado de 40 millones de muertes alrededor del mundo. El virus de la gripe ha ido evolucionando y cambiando a lo largo de la historia junto con sus hospedadores, aves y mamíferos, entre los que se encuentran la especie humana y el cerdo.

 

      Los virus de la gripe pertenecen a la familia Orthomyxoviridae y se clasifican en tres tipos distintos: A, B y C. El virión del virus de la gripe posee una membrana que contiene dos glicoproteínas de superficie: la Hemaglutinina (HA) y la Neuraminidasa (NA). La proteína matriz (M) es la más abundante del virus y forma una capa proteica bajo la membrana viral. En el interior se encuentran los complejos de ribonucleoproteína.

 

      El cerdo juega un papel crucial en la transmisión del virus de la gripe entre especies. Los cerdos son susceptibles a prácticamente todas las cepas del virus de la gripe aviar en infecciones experimentales, incluidas cepas del virus H5N1, y también son susceptibles a las cepas que circulan entre humanos, incluida la cepa de la llamada gripe española de 1918, puesto que los virus porcinos y humanos son muy similares y pasan de una especie a otra fácilmente. Las células de la tráquea porcina poseen receptores adecuados tanto para los virus de la gripe aviar (ácido siálico con anclajes α2-3) como las cepas humanas (ácido siálico con anclajes α2-6). Esto permite que ambos tipos de virus infecten a las mismas células en la tráquea porcina, pudiendo originarse así nuevos variantes virales con potencial pandémico.

 

              Actualmente, estamos viviendo la emergencia de un nuevo virus de la gripe tipo A/H1N1 procedente de Norte América que se está propagando por todo el mundo y cuyo origen todavía no está confirmado. A día de hoy (10 de Mayo) la Organización Mundial de la Salud ha informado de casos en 29 países con 4379 pacientes infectados con este nuevo virus de influenza A (H1N1) (http://www.who.int/csr/don/2009_05_10/en/index.html).

 

 

La manera más eficiente de contener una pandemia es vacunar a la población. En el caso del virus de influenza, la vacunación presenta numerosos problemas. En primer lugar el virus tiene una alta variabilidad y por el momento, no existe una vacuna "universal" que proteja frente a todos los virus de influenza conocidos y futuros. Además, cada año se preparan miles de dosis vacunales frente al virus de influenza estacional siguiendo un protocolo en el que se replica el virus en huevos embrionados de gallina. El proceso de generación de las vacunas requiere laboratorios especializados y es un proceso costoso y largo que dura alrededor de unos cinco meses. Después del aislamiento del nuevo virus A (H1N1), se está procediendo a la generación de vacunas para este nuevo virus, pero aún así la capacidad de producir este tipo de vacunas es limitada, y las dosis vacunales solo llegarían al 20% de la población mundial (http://www.sciencemag.org/cgi/content/summary/324/5928/702).


Casos de personas infectadas con el virus de la gripe porcina hay todos los años. La novedad de este brote,
asumiendo que tuviera un origen viral porcino, es que hay también una transmisión de persona a persona por vía aérea. Aún así, hay datos para ser positivos porque por ahora los pacientes tratados con los medicamentos disponibles han respondido favorablemente y se están recuperando. En el mundo globalizado en el que vivimos, la expansión de una nueva enfermedad es muy rápida, pero, por suerte o por desgracia, los últimos brotes de virus tales como el de la gripe aviar o el SRAS han preparado a los sistemas sanitarios nacionales y los organismos internacionales para reaccionar con rapidez y tomar las medidas de emergencia sanitaria necesarias.

 

 

 

Fuente: Revista Inmunologia SEI. (2009-1)

http://revista.inmunologia.org/Upload/Articles/8/2/820.pdf

 

José Luis Rebolledo

20122359

EES

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